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ANSIEDAD

De acuerdo con Jung es una dolencia psicológica que genera un enorme malestar.

Quien la padece puede adoptar dos actitudes frente a ella:

Evitación y resistencia

Cuando algo genera ansiedad, el cuerpo da síntomas físicos. Carl Jung, mencionaba que cuando nos resistimos a un problema enfocamos la atención en él, en lugar de hacerlo en la solución. propone como alternativa la aceptación del mismo a fin de avanzar en la solución del mismo.

no resistirse significa aceptar, llevando a que el problema fluya y desaparezca.

Los síntomas físicos con los que se manifiesta la ansiedad: palpitaciones, sudor, boca seca, palidez, sensación de hueco en el estómago, etc.

son señales evidentes de que la situación no es agradable y se trata de escapar de ella.

Al percibir estos síntomas, regularmente tendemos a evitar la situación que los provoca.

Esto no hace más que agravar el problema.

Ante esta situación, reaccionamos con resistencia, negación, luchando contra esa sensación incómoda.

Jung acuña una frase genial: ‘a lo que te resistes, persiste’

La no resistencia se convierte así en un de los pilares del Método Vive sin ansiedad planteado por Eric Gutiérrez.

Cuando una persona acepta que la ansiedad forma parte de su vida y deja de luchar con todas sus fuerzas para derrotarla, los síntomas se reducen drásticamente.

Por tanto la aceptación de que la ansiedad estará ahí durante un tiempo, que es un proceso largo y que es normal que aparezcan dificultades, cambia la perspectiva de quienes padecen ansiedad.

La aparición de pensamientos negativos deja de vivirse como algo angustioso para pasar a ser normal.

“sí tengo ansiedad, , y es normal que de vez en cuando tenga estos pensamientos. No estoy loco ni me sucede sólo a mí”.


Por otra parte, según Stanley Keleman, la erectitud expone la vulnerabilidad del ser humano. En el mundo animal, las partes blandas y vulnerables del organismo están cerca del suelo, protegidas por la columna vertebral y las costillas, Para mostrar sumisión en disputas territoriales los animales se voltean exponiendo su parte frontal. En vez de enfrentar el mundo protegidos como lo hacen los animales, los humanos lo hacemos en postura erguida y expuesta. Esta postura erecta permanente expone nuestra parte frontal blanda hacia el medio ambiente, incrementando el área de superficie del sistema nervioso y añadiendo la información dada por los sentidos localizados en la cabeza, los ojos, los oídos y la nariz.

Con la exposición de la parte frontal blanda son más probables los encuentros íntimos o cercanos, por lo que el peligro y las amenazas son más probables de encontrarse conforme se defiende el mismo, protegiendo las partes blandas de su frente expuesto, la erectitud será afectada.

El estar erguido entonces es algo más que pararse derecho. Es un evento social y emocional.

El desarrollo del niño a adulto involucra posibles amenazas. Para Keleman, la vida nos hace toparnos constantemente con retos, ante los que respondemos re formando nuestro cuerpo. cuando el nivel de exigencia es tan alto que la persona no puede hacerle frente se convierten en agravios o insultos. En estas situaciones el individuo reacciona con un patrón de respuestas innatas. sobresalto, posición cautelosa de indagación, actitudes de lucha, resistencia y finalmente colapso.

según la historia de cada individuo puede quedarse en cada uno de estos puntos, es decir estar siempre en la posición de ataque, a la defensiva, o derrotado.

Keleman ha hecho énfasis en el papel que desempeña el reflejo de sobresalto en la producción de la mala función del organismo. Sostiene que a cualquier estímulo exageradamente intenso el organismo reacciona contrayéndose. Si de alguna forma no le es posible reaccionar descargando la tensión, la pauta de tensión que ha sido provocada, se hace crónica y la función de la autorregulación se ve alterada. Describió diferentes patrones de respuesta del organismo ante el sobresalto , produciendo reacciones en el organismo que se asocian a un conjunto de respuestas autónomas denominadas estrés.cada individuo debe reconocer como su patrón de estrés se organiza por capas, tensiones musculares y emocionales, sentimientos y acciones, pensamientos, ideas e imágenes. al darse cuenta del modo en que está organizada sus secuencia de tensión, le será posible desorganizarla para volverla a organizar.

Cuando se altera el orden natural del individuo se despiertan toda una gama de reacciones como pueden ser la irritación, tristeza, enfado o desamparo


Intentamos intensificar nuestra experiencia vital con sustancias químicas, compromisos sociales, meditando o cultivando nuestra forma física.

pasos

1.- qué estoy haciendo?

2.-cómo lo estoy haciendo?

3.-como dejo de hacerlo?

4.-qué ocurre cuando dejo de hacerlo?

5.-como uso lo que he aprendido?

Desde una perspectiva somática el término agravio, se refiere a todos los eventos internos y externos que invocan el reflejo de alarma. Para un bebé recién nacido, los sonidos fuertes, luces brillantes y los eventos extraños o no familiares pueden ser vividos como agravios. Para un niño la oscuridad, animales extraños y la ausencia temporal de uno de los padres pueden ser agravios.

Los agravios pueden originarse a partir a partir de nuestros propios estados internos, de nuestros sentimientos de enojo, dependencia, sexualidad, anhelo de contacto, miedo a ser abandonado o por imaginar un evento terrible. Los agravios pueden resultar de la vida familiar, de cómo somos tratados, la calidad del cariño, cuidados y del afecto, la naturaleza de la disciplina y del estímulo o freno de la expresión emocional. También el agravio puede provenir de una prolongada mala situación económica en la familia, por efectos de la guerra, el divorcio, la muerte de personas cercanas, el abuso físico o verbal donde el niño sea el blanco constante, la pobreza de estimulación sensorial, la desnutrición, la falta de atención médica.

Los efectos de las alarmas, los agravios, los shocks, las sorpresas, varían o dependen del momento en que suceden, si ocurren temprana o tardíamente en el desarrollo, en la frecuencia, en la fuente, en la severidad, es decir si la amenaza es leve, moderada o intensa.

Los agravios estorban al organismo Este pierde su flexibilidad y capacidad de autorregulación. La estructura del cuerpo se rigidiza o se compacta, o colapsa. Conforme sucede esto, los procesos metabólicos se aceleran, los órganos, el sistema muscular y el cerebro se inflaman. El cuerpo trata de controlar ésta excitación incrementada ya sea con espasticidad o fortaleciéndose o bien compactándose y comprimiéndose. Esto es acompañado de sentimientos de enojo, ira, control, reto y auto desconfianza. Conforme el agravio continúa y se incrementa, el organismo adopta una forma más’ líquida’, pierde su forma y se inflama o se colapsa. El proceso metabólico baja. La excitación puede apagarse. La motilidad de los órganos y la peristalsis disminuyen. Existen sentimientos de invasión, grandiosidad, colapso, falta de ayuda. El cuerpo se expande hacia el mundo para encontrar una conexión que rellenar o se colapsa internamente y se encoge y aparta del mundo. El volverse más ‘líquido’ como respuesta a los agravios es lo que se llama subestimarse o devaluarse.

La reacción de alarma es un proceso complicado que se inicia con respuestas espontáneas simples a lo desconocido o al peligro. Involucra una predisposición hacia formas más complejas que dependen del tiempo, la intensidad y la duración del fenómeno desconocido. Con una combinación de éstas condiciones el reflejo simple se vuelve un proceso complicado que afecta permanentemente al individuo. La alarma, la alerta y las respuestas inmediatas ya sea la pelea o el vuelo de huida dan lugar a traumas y angustias somáticas. Permanecemos en un estado de alarma preparándonos para el combate o alejándonos de lo que nos amenaza o bien nos volvemos débiles o colapsados. Podemos estar en un fortalecimiento leve o una rígida espasticidad profunda que refleja terror e ira. Conforme estos estados se vuelven permanentes, la flexibilidad, y la sensibilidad se pierden. Afecta todos los tejidos, músculos, órganos y células, así como a los pensamientos y sentimientos.

Alarma y tensión no son lo mismo. La alarma es una respuesta inmediata, la tensión es la continuidad e intensificación de las respuestas basadas en interacciones interpersonales o sociales.

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