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¿Por qué psicoterapia?

¿Qué lleva a una persona a buscar psicoterapia?


Cuando una persona acepta que requiere apoyo profesional puede ser por varios motivos:

Quiere implementar algún cambio en su vida. Por ejemplo: algún problema concreto como relaciones, pensamientos, emociones o patrones que reconoce como generadores de malestar.

Puede expresar un cambio más generalizado, como sensación de vacío o falta de sentido en la vida.

Si hay una situación de crisis, la urgencia y el malestar intenso que padece el consultante puede llevarlo a buscar ayuda profesional sin mayores exigencias o elección.

De este modo, es el consultante quien plantea los objetivos de la psicoterapia y elige activamente un psicoterapeuta que se ajuste a sus necesidades. (a excepción de una situación de crisis).

Acudir a psicoterapia ya implica un ejercicio incipiente de la capacidad de decisión de cambio, decidir sentirse mejor y dejar de padecer una situación de malestar, abrirse, confiar, hacer una revisión personal y reconocer situaciones personales.

Al mismo tiempo, el consultante llega con la consciencia de que sus propios recursos no han sido suficientes o no están siendo suficientes para solucionar la problemática detectada y que requiere ayuda.

Las acciones que se llevan a cabo para la toma de psicoterapia son:

*se pone como protagonista

*se informa de un profesional

*establece contacto

*reorganiza agenda

*destina recursos económicos

*traslado al lugar

En primer lugar, el consultante orienta la mirada a sí mismo y sus circunstancias en sentido valorativo, lo que le permite la reflexión acerca de su vida.

Algunas personas se pueden considerar responsables de su situación vital o bien responsabilizar a los demás, a su historia, a su entorno.

Estas acciones le pueden llevar al ejercicio de la libertad, la voluntad y la responsabilidad.

La persona que busca apoyo psicoterapéutico plantea horizontes hacia el futuro, con la perspectiva de mejorar. Manifestando frases como: “quiero sentirme mejor”, “relacionarme con los demás de manera sana.

¿Qué sensaciones llevan a una persona a psicoterapia?

sentirse

* en un callejón sin salida

* inmóvil

*ahogado

*atrapado

*sin vislumbrar posibilidades de solución

*caminar en círculos

*encerrado en sí mismo

*no ver más allá

*falta de herramientas para resolver problemas de la cotidianidad

*falta de certeza para comprender los problemas

* no entender lo que está sucediendo

*saturación en varios ámbitos de su vida cotidiana

*no saber qué hacer

*no saber hacia dónde dirigirse

*que va a explotar y dañar a los demás

*querer la muerte

*hacerse daño

Regularmente la persona al asistir a psicoterapia fluctúa entre el no reconocimiento y falta de contacto con sus propias emociones, y la explosividad emocional. Lo que lo lleva, desde la dificultad para expresar y manejar sus emociones o bien la impulsividad, es decir reaccionar sin pensar, generando conflictos consigo mismo y con los demás.

La mayoría de los consultantes reconoce emociones que dominaban su vida cotidiana:

*enojo

*frustración

*tristeza

*preocupación

*angustia

*tensión

*miedo

Otro motivo por el que una persona busca un apoyo profesional es en el ámbito de las relaciones interpersonales afectadas.

La persona es construida, se construye a sí misma y a su mundo, en el interjuego de las relaciones con los demás. Si esta área se vive como lastimada, las restantes dimensiones de su vida se ven impactadas y también la percepción de sí mismos. Por ejemplo: si una persona por la noche mantiene una discusión con su pareja, al día siguiente su rendimiento en el trabajo será menor y la percepción de sí mismo se habrá modificado de manera negativa.

¿Qué aporta la psicoterapia, que otros espacios no?

La psicoterapia aporta un espacio de seguridad, contención, apoyo, respeto, comprensión. Se convierte en un espacio donde se puede reflexionar acerca de uno mismo y su vida. Aprender sobre sí mismo, conocerse, darse cuenta, detenerse, fijarse, aprender a ser objetivo, ser realista, son algunas de las formas en que algunos participantes de psicoterapia han descrito su experiencia.

La persona aprende a cuestionarse a través del profesional y de esta manera romper los hábitos mentales y conductuales.

Ahora, en el proceso terapéutico, puede saber de dónde vienen las emociones que se interpretan como negativas y/o los pensamientos calificados como pesimistas. Si empieza a pensar: “la vida no vale nada, no tiene caso vivir”, la persona sabe que ese es un pensamiento por la depresión, que es temporal y eventualmente, cambiará.

También la persona aprende a saber qué hacer en situaciones determinadas. Es decir ha ampliado su repertorio de conductas, aumentando su sensación de bienestar.

El consultante se puede dar cuenta de diversas dimensiones:

  • Vivencial

  • Relacional

  • Emocional

  • Cognitiva

  • Conductual

Y de las interrelaciones que existen entre estas dimensiones en su vida.

Ahora puede saber qué es lo que le gusta y lo que no. Qué le pasa, qué siente.

Puede ver quien es realmente de forma más integrada y de este modo, asumir las consecuencias de sus conductas y puede elegir comportarse o no como lo hace.

Hay que decir que los cambios en la psicoterapia, no son sencillos, se produce inestabilidad, como en todo cambio. Hay resistencia y colaboración, y si el consultante es capaz de traspasar estas sensaciones de inestabilidad y confusión, se puede tener como resultado la reestructuración de las conductas, sensaciones, pensamientos y emociones de las personas.

Algo más respecto por qué ir a psicoterapia, si es más barato tomar un café con los amigos?

El psicoterapeuta es un profesional de la salud mental, ha recibido entrenamiento universitario, es más objetivo que los amigos o familiares, no te va a “dorar la píldora” como las personas con las que has hablado antes, no te va a aconsejar, no te va a juzgar, no te va a criticar.

¿Cuál es entonces el papel del psicoterapeuta?

El espacio psicoterapéutico es un lugar cálido donde sentirse seguro, cobijado, respetado, cómodo, escuchado, a gusto.

Es también, un espacio de contención que ayuda a que el consultante se abra a nivel de pensamiento, de acciones, se ponga vulnerable.

El terapeuta es alguien en quien se puede confiar su intimidad, su privacidad, es decir su vida.

El Terapeuta:

No juzga

Habla claro

Es directo

Es respetuoso

Es ético

Es profesional

La confianza se vive como un intercambio: en sentido simbólico, el profesional da confianza, el consultante confía, se abre a sí mismo, al otro, a su historia, dolor, secretos, miedo, vulnerabilidad.

El espacio psicoterapéutico se convierte en un depósito del dolor y un faro de esperanza.

Así se va sanando el vínculo y se recupera la confianza en los otros de la vida cotidiana y en sí mismo.

El entender en psicoterapia tiene triple acepción: El psicoterapeuta entiende, me entiende y me ayuda a entender.

El psicoterapeuta, no sólo escucha, sino entiende lo que escucha y con esto se construyen nuevas comprensiones.

El terapeuta hace y hace hacer al consultante.

Muchas ocasiones un criterio para evaluar el trabajo del terapeuta, es la capacidad para favorecer que el consultante actúe más allá del espacio protegido del consultorio.


Ahora queda en cada uno de ustedes contestar la pregunta

Vale la pena el tiempo, el dinero y el esfuerzo para acudir a psicoterapia?

No, yo puedo con mis problemas


No esperes a tener una crisis.


Hazlo a tiempo, es mejor!


Rocío Rivera



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