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Gastar e invertir no es igual

Una de las mayores fuentes de estrés es la falta de dinero, o al menos la idea de que nos falta dinero, sobre todo en momentos de crisis como el que estamos viviendo, sin embargo con el sistema de creencias adecuado y el desarrollo de una consciencia financiera sana, las crisis pueden llegar a ser las grandes oportunidades de la vida.

Y es que la pobreza, la carencia nos asusta porque ataca directamente nuestra percepción de las posibilidades para sobrevivir, la sola idea de que tal vez en el futuro no tengamos lo necesario nos asusta tanto que nos mantiene en un estado de ansiedad constante, lo que dicho sea de paso también el enemigo número uno de nuestra salud física.

Además de ser una fuente de estrés, también suele ser una fuente de frustración, pues en muchos casos se trabaja mucho y aun así no alcanza, entonces resulta frustrante esforzarse tanto y no obtener lo que uno se merece.

A veces escucho frases como: “Hay que trabajar como negro, para vivir como blanco” e incluso en tiempo de crisis corrigen “…para vivir como negro”, haciendo alusión a la raza negra y su historia de esclavitud.

¿Qué ocurre?, ¿Por qué si hay tanto trabajo y esfuerzo de por medio, no parece haber acceso a la prosperidad?

Hay varias razones:

  • Un sistema de creencias limitante

  • Fidelidad a la familia y a la sociedad

  • Falta de conciencia financiera

  • Dificultad para demorar; el impulso de tomar lo inmediato

Todo ello se traduce en una muy mala relación con el dinero. Y etas son tan sólo algunas de las razones que nos impiden ser prósperos, vamos haciendo un análisis de cada una de ellas:

Un sistema de creencias limitante:

Declararse y asumirse como pobre: “Hay que salir de pobre”

Asociar el dinero con el sufrimiento: “Hay que esforzarse mucho para tener dinero”

“No puedo cobrar por disfrutar”, “no sería correcto”

“No me esfuerzo tanto, entonces no me merezco tanto”

Asociar la pobreza con la honestidad, la bondad, y la espiritualidad: “Somos pobres pero honrados” “Entre los pobres se conoce la bondad” “Si se es fiel a Dios no puede ser materialista” y por su puesto su contra parte

Asociar la riqueza con la deshonestidad o el pecado: “Algo habrá hecho, por eso tiene tanto dinero”, Si tiene tanto dinero seguro se lo robó”

Lo anterior se liga con la idea de que la riqueza está mal distribuida y que los pobres son pobres porque los ricos tienen demasiado, entonces parece mejor idea ser pobre y bueno a ser rico y malo.

Phil Laut, en su libro “El dinero es mi amigo” afirma que: “Toda riqueza humana es creada por la mente humana”. Muchas veces es cuestión de orden, disciplina y creatividad, no de sufrimiento.

Pero me pueden decir: Es hay muchas personas que hacen cosas malas por dinero, y es verdad, pero eso no hace al dinero en sí mismo malo, ni significa que todos los que lo poseen han llegado a tenerlo haciendo cosas malas. Si analizamos racionalmente las creencias anteriores nos daremos cuenta de que no son coherentes y si en cambio limitantes.

Y de ¿dónde vienen todas estas creencias? De la cultura en la que estamos inmersos, basta ver las películas y telenovelas con que nuestras mentes se han alimentado por generaciones, pasando estas ideas de una generación a otra en el propio seno familiar.

Entonces construimos un sistema de creencias que sea acorde con el de nuestra familia:

Recuerdo que cuando trabajaba en bachillerato, me di cuenta de que muchos jóvenes de los que estaban ahí eran lo que estaban logrando el más alto grado de estudios dentro de su familia, o eran los que de toda su familia tenían la oportunidad de hacer una carrera universitaria, y la familia colocaba en ellos su esperanza de “salir de pobres” en una sociedad en la que tener una carrera universitaria ya no es garantía de ello. Muchos de ellos se sentían tan agobiados con estas altas expectativas que se auto boicoteaban en sus estudios. Y es que aunque los estudios sí ayudan las razones de la pobreza están en la mente.

En mi práctica también he visto que cuando hay un miembro de la familia que comienza a tener éxito económico muchas veces la familia pretende que este cargue con las necesidades de la familia y si no lo hace se le ataca como si estuviera cometiendo traición, o se le critica por empezar a tener un nivel de vida mejor, pareciera como si hubiese un pacto inconsciente de que para pertenecer a la familia hay que mantenerse pobre.

Todo esto nos lleva a no desarrollar conciencia financiera, pues el simple hecho de pensar en el dinero ya parece algo de entrada estresante, además de pecaminoso, malo y entonces en cuanto lo tenemos hay que deshacernos de él, la publicidad es hábil para hacernos creer sin un mayor análisis que comprando lo que ellos nos sugieren y de la manera como sugieren esteremos gastando nuestro dinero correctamente, y nos seduce con ofertas, supuestas rebajas y hasta comprometiéndonos con créditos que comprometen el dinero que aún no hemos ganado, si no somos conscientes de nuestras finanzas personales, si no somos conscientes de lo que en verdad necesitamos y lo que deseamos es muy fácil que caigamos en estas estrategias publicitarias, si a esto aunamos el placer que nos puede generar satisfacer un deseo inmediato y parece estar al alcance tan sólo de un click o de una firma, nos decimos “Pero si trabajo bastante, claro que me lo merezco” sin darnos cuenta del monto de estrés que estaremos pagando después.

Nos hacen creer que la única manera de obtener algo que deseamos mucho y que por supuesto nos merecemos es a través de un crédito, pero se nos olvida que el dinero del crédito no es nuestro, es un dinero prestado y deberemos pagar por él, la mayoría de las veces con intereses.

Gastar e invertir no es igual, y entre uno y otro está el de ahorrar…

El gasto es un dinero que entregas a cambio de un satisfactor pero que no regresará a ti, la inversión es un dinero que das para que después de un tiempo regrese con ganancia.

Si tienes un medio para generar tu ingreso, ya sea que estés empleado y recibas una cantidad cada quincena o cada mes, que seas auto empleado (free lance) o que tengas una empresa, en todos los caso tienes un medio que genera tu dinero. Todo el dinero que ocupas para mantener funcionado tu medio de obtener ingresos es una inversión, así como todo dinero que pongas a trabajar en algo que después de un tiempo te aporte una ganancia.

Si para tu trabajo necesitas una computadora, comprar una buena computadora es una inversión y no un gasto, si en tu trabajo requieres una buena presentación, comprar buena ropa es una inversión, así que te recomiendo hacer un análisis de lo que necesitas para realizar mantener tu fuente de ingresos.

“El valor del dinero es determinado por el comprador y el vendedor en cada transacción”

Si en cada compra hiciéramos un análisis costo – beneficio, seríamos mucho más cautelosos al gastar.

Un principio básico acerca del dinero es que tienes que recibirlo antes de gastarlo.

En este aspecto es importante distinguir entre lo que necesitas, y para qué lo necesitas y lo que deseas. Normalmente las necesidades son impostergables, los deseos en cambio sí se pueden postergar.

Conviene hacer un análisis de tus necesidades, y una investigación acerca de:

¿Quién provee esas necesidades?, ¿A qué costos?

Analiza alternativas para reducir la cantidad de dinero que ocupas en satisfacerlas, por ejemplo, si tienes necesidad de transportarte y tu vecino también, tal vez pueden apoyarse y dividirse parte del pago de la gasolina. Compartir algunos de los pagos de servicios ofreciendo a otros compartir el servicio, cambiar de proveedor de servicio si el análisis costo beneficio te indica que es conveniente.

Generalmente los gastos relacionados con las cosas que necesitamos suelen ser gastos fijos ineludibles. Haz un presupuesto de gastos. Sí, ponte a hacer cuentas.

Un buen ejercicio de inicio, es tomar tus facturas del mes, dar gracias a Dios, al universo, a la vida, en fin agradece por esas facturas, agradécete a ti mismo porque si te llegan estas facturas es porque cuentas con estos servicios, y después anota en una libreta el pago que tienes que hacer y la fecha en que lo debes realizar. No te esperes al último día, pues no pagar a tiempo muchas veces genera recargos. Teniendo claro cuanto necesitas al mes, será mucho más sencillo tomar decisiones financieras al respecto.

Una vez que tienes tu presupuesto para cada rubro que cubre tus necesidades, determina un porcentaje de tu ingreso para cada rubro y hazlo de manera disciplinada. Es importante que establezcas un rubro de ahorro, aunque tengas deudas.

Un buen amigo me enseñó lo que él llamaba la regla 70 – 30. Él me decía, que para tener control en las finanzas personales, había que aprender a vivir con el 70% del 100% que recibes, y el otro 30% lo distribuía de la siguiente manera:

10% Diezmo. El diezmo es un antiguo principio de prosperidad, que dice que si tú donas el 10% de lo que ganas a una obra de amor, esta obra de amor bendice tu dinero y tu fuente de ingresos para que se multiplique.

10% Inversión: Es un ahorro para cubrir cualquier eventualidad que requieras para mantener tu fuente de ingresos o mejorarla.

10% Ahorro: Riguroso, y con una meta específica en un tiempo específico. (Y esta será la manera de cumplirte tus deseos sin usar créditos)

Si además tienes deudas, inclúyelas en tu presupuesto a cubrir y asígnales no menos de un 10% (del 70, es decir el 70 se convierte en tu 100) y no más de un 20%.

Finalmente les comparto un ejercicio:

De vez en cuando toma un puño de monedas o un montón de billetes y ponlo frente a ti y di en voz alta. Esto es mío. Así quedará claro que tú eres el dueño del dinero, y eres tú y sólo tú quien decide la manera de manejarlo.

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