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¿Por qué ir a terapia?

La respuesta quizás pudiera ser simplemente porque no me siento bien. Y es que con la psicoterapia ocurre como cuando se acude al médico, hasta que pasan cosas que resultan intolerables, se sabe y se sabe bien que para estar sanos hay que comer bien, dormir bien y hacer ejercicio pero la mayoría lo hace hasta un médico le dice que lo haga, y esto para no empeorar su ya deteriorado estado de salud. De la misma manera, al consultorio psicológico, muchas personas llegan con cuadros de ansiedad o depresión ya crónicos y complejos e incluso ya con algunos trastornos. Hay mitos sobre la enfermedad mental y la psicoterapia donde hasta en el cine y las series refuerzan constantemente la idea de que se acude al psicólogo o al psiquiatra por locura o en el mejor de los casos por debilidad. Afortunadamente en la actualidad, esas ideas han ido cambiando; y hay mucha más información disponible al público en general, sin embrago debe quedar muy claro que la psicología es una ciencia, por lo que es peligroso confiar en la información sin regulación ni filtros. Así que, me permito cambiar la pregunta. ¿Para qué ir a psicoterapia? Ninguna otra ciencia se ocupa del estudio del ser humano tan amplia y profundamente como la psicología, y para dar terapia se requiere principalmente ser psicólogo aunque eso no es suficiente, es necesario todo un entrenamiento, y aun eso no es suficiente, pues el mismo psicoterapeuta deberá acudir a psicoterapia individual, para estar mejor. Cada ser humano es único e irrepetible, resultado de su genética y lo que vive, de modo que aunque dos hermanos tengan los mismos padres y hayan crecido en la misma casa, cada uno desarrollará características distintas y comprenderá el mundo de forma diferente, de manera que lo que a uno le genera ansiedad a otro puede darle tristeza, y a otro más puede serle indiferente, es por eso que la psicoterapia es un proceso personal. Un proceso que busca que cada uno, adquiera conocimiento de sí mismo, cuestionando y cambiando hábitos, creencias o conductas que lo llevan a estados de malestar y desarrollando habilidades que le permitan estar mejor. Pero claro, ir a terapia no significa que jamás se vuelva a sufrir, pues las partes dolorosas de la vida justo son parte de la vida, pero lo que sí se garantiza al comprometerse es que las partes agradables serán más y las desagradables nos servirán para aprender más sobre uno mismo. Además proporciona un espacio de al menos una vez por semana para pensar exclusivamente en uno mismo, escucharse uno mismo, observarse uno mismo y reflexionar sus decisiones, y definitivamente, siempre la decisión informada y reflexionada producirá mejores efectos que las decisiones sin reflexión. En conclusión es recomendable ir a terapia para conocerse a sí mismo, tomar consciencia de sí y así adquirir lo necesario para construir una vida de bienestar emocional.



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